Ing. Carlos Alvarez Flores
Presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C.
Desde el 6 de junio 1994, el gobierno federal mexicano decretó el área natural protegida Yum-Balam, con categoría de área de protección de flora y fauna, en el municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo cuya extensión es de 154,042 hectáreas. El límite sur se ubica a 20 km al noroeste de la comunidad de Kantunil Kin; abarca la franja costera de la porción continental del municipio de Lázaro Cárdenas, que comprende la Laguna de Yalahau y la Isla Holbox; el límite norte se encuentra en el mar (canal de Yucatán) a 18 km al norte de la Isla Holbox. El límite este concuerda con la división municipal entre los municipios de Lázaro Cárdenas e Isla Holbox. Para darnos una idea de su valor en biodiversidad, que a mi juicio, es incalculable. La región abarca la Laguna de Yalahau, los humedales y las selvas bajas y medianas de la porción norte del estado de Quintana Roo. Es la reserva de acuíferos más importante del noreste de la península de Yucatán. Las sabanas en el área son las únicas incluidas en alguna área natural protegida del país. Es un área vital para más de 30 especies de aves terrestres migratorias y es el límite norte territorial del trópico caribeño continental. En la zona se encuentra la Laguna de Yalahau también conocida como Laguna Conil. Limita con el Golfo de México a través de la Isla Holbox. En el sistema lagunar se conforman varias puntas: Botontica, Vista Alegre, San Román, Nactunich y Chijaltún.
Es un ecosistema forestal formado por árboles que alcanzan una altura de unos 15 m, como el árbol del chicle, la chaca, el cedro y el ramón. Tiene selvas bajas en suelos inundables que son dominadas por palo de tinto o palo de Campeche y como codominantes el chechém y el yaxnique, además del nanche, el jícaro y la palma. En sus sabanas aún habita el tapir. En los humedales, la comunidad más abundante es el tule. Existe una extensa red de microcenotes. En la parte norte se localizan grandes extensiones de manglares y dunas costeras con su fauna y flora. Existen 311 especies de fauna silvestre. Se estima que en el área se encuentra el 49% de la herpetofauna de la península de Yucatán y al 79% de la del estado de Quintana Roo.
También tiene especies de aves únicas en México, como el mosquero o especies migratorias que hacen parada única en México, como chipe galán, paloma suelera pechiclara, paloma y mímido negro. También halcón peregrino, cigüeña jaribú, hocofaisán, flamenco rosado, pavo ocelado, jaguar, puma, manatí, mono araña, cuatro especies de tortugas marinas, cacomixtle, ocelote, tapir; dos especies de cocodrilos, espátula rosada, zopilote rey, halcón aplomado, águila crestada, pavo de monte, cojolite y perdiz de Yucatán; una subespecie de garzón cenizo; una subespecie de tlacuachillo dorado; mono aullador, oso hormiguero, jabalí de labios blancos, temazate; de las cuales están en peligro de extinción: mono araña, jaguar, puma, ocelote, manatí, tortugas caguama, de carey, blanca y laúd, cocodrilos de ría y de pantano y cigüeña jabirú.
Con esto ilustro el inmenso valor en biodiversidad que lo convierte en un paraíso terrenal. En este contexto, esta valiosa área natural protegida, sitio ramsar, región marina y terrestre prioritaria, manglar con prioridad biológica y hábitat importante de aves debe conservarse y protegerse. Por este gran valor se decidió clasificarla con el más alto rango de conservación de nuestros ecosistemas. Estoy de acuerdo con mis amigos los biólogos, que dicen que esta belleza natural debe servir para que la gocemos y la admiremos, no para que permanezca intocable y desconocida. Ante esta premisa, lo que el gobierno debió haber hecho desde 1994, es precisamente generar su plan o programa de manejo (obligatorio), que reglamenta las actividades permitidas para el aprovechamiento y conservación de este ecosistema. El Instituto Nacional de Ecología en 1994 firmó un convenio con las comunidades mayas de la zona para garantizar su participación en el manejo del área natural protegida y estableció que el Plan de Manejo se formulara de manera conjunta por las Secretarías de Desarrollo Social, Agricultura y Recursos Hidráulicos, de Pesca y de la Reforma Agraria en conjunto con el gobierno del Estado de Quintana Roo y del municipio de Lázaro Cárdenas, con la participación formal de diversas organizaciones como Ecosfera, Pronatura, la Universidad de Miami, Nature Conservancy, la Sociedad Audubon, Gema, Ciqro, Ecosur, la Universidad de California-Riverside, la Universidad Autónoma de Yucatán, Programa de Acción Forestal Tropical A.C., Yum Balam, A.C., la Asociación Civil Reserva Ecológica El Edén, Amigos de Sian Ka’an, A.C., entre otras. A 19 años, vemos con coraje y tristeza que no existe ningún programa o plan de manejo.
Por presiones de diversos grupos ambientalistas y los propios prestadores de servicios, en 2011 se presentó el último borrador del programa de manejo y desde el 7 de noviembre de 2012, el director del área natural protegida, José Bernardo Rodríguez de la Gala Méndez, prometió publicarlo. Siguen sin cumplir su promesa y con ello demuestra Luis Fueyo, director de la comisión nacional de áreas naturales protegidas de la Semarnat, una gran irresponsabilidad y falta de interés.
Quiero referirme a Isla Holbox, (que significa en lengua maya “hoyo negro”, por su extensa red de cenotes o manantiales subterráneos) que es la joya de la corona de esta área natural protegida y dar mi opinión respecto a la extraña y desordenada situación que existe al día de hoy. El 18 de febrero pasado, tuve la oportunidad de permanecer unos días en este paradisíaco lugar. Mi primera sorpresa fue encontrarme con una “pequeña ciudad” que se ubica en la isla chica, con unos 2,500 habitantes.
Circulan en calles de piso de arena, unos 500 carritos de golf, 150 motocicletas y 40 cuatrimotos que queman gasolina; también utilizan unas 600 bicicletas, para transportarse. No existen semáforos ni policías. Existen cuando menos unos 50 “hoteles”, que son casas de uno o dos pisos, otros más grandes y algunos con albercas y restaurantes y otros que solamente son habitaciones con baño. Los precios van desde 40 hasta 500 dólares americanos por noche, dependiendo de la temporada. También existen lugares para acampar que cobran $ 100.00 por persona. Debe haber unos 50 restaurantes, que van desde cocinas pequeñas que venden comida típica yucateca hasta los que ofrecen comida internacional, pasando por las pizzas y tacos. Existe una red de “taxis” que cobra de 25 hasta 60 pesos por viaje. Hay también unos “taxis-maleteros” que son triciclos, que se ofrecen para llevar tu equipaje cuando tomas el transborador. Existen dos empresas: “Nueve Hermanos” y “Monkeys” que cobran $ 80.00 por persona por trasladarte del muelle de Chiquilá hasta Isla Holbox.
Existe una red de prestadores de servicios turísticos, que te llevan a pasear en lancha, para conocer el Parque Ecológico Yalahau, donde puedes observar aves, reptiles y peces; y nadar en una laguna rodeada por manglares y un ojo de agua. Hay una pequeña “poza” de dos o tres metros de profundidad, donde te puedes tirar clavados. En la Isla Pasión e Isla Morena, puedes ver aves acuáticas y playeras, flamencos, garzas, ibis blanco, fragatas, cormoranes y águila pescadora. Pero la atracción principal de fama internacional es el nado con snorkel para ver al tiburón ballena, que es el pez más grande del planeta. La temporada es de junio a septiembre. Los precios de todas estas actividades en Isla Holbox, van desde 40 hasta 200 dólares/persona por cada una de ellas.
Tienen un lugar para disponer sus residuos sólidos urbanos, en un sitio que asignó el Ayuntamiento, que aunque ellos creen que es un relleno sanitario, es simplemente un tiradero a cielo abierto.
De acuerdo a los estudios de generación de RSU realizados por el gobierno del Estado de Quintana Roo y la asociación civil Yaax Beh en el 2008 se recolectaba poco más de una tonelada diaria y dos, en períodos vacacionales. Actualmente, se generan 6 toneladas diarias en temporada baja y 12 en temporada alta. Estas cifras ponen de manifiesto un gran crecimiento en la generación de residuos sólidos urbanos, por el creciente turismo, que contrasta con la falta de control y manejo ambientalmente adecuado para un área natural protegida. Aunque recuperan un poco de residuos valorizables, no logran comercializarlos, de tal forma que queman la mayor parte. Más grave es la generación de lixiviados que contaminan los acuíferos y sistemas lagunares y por el tipo de suelo calcáreo, también llegan al océano.
En el 2010, existía un programa comunitario de manejo integral de residuos sólidos urbanos, impulsado por Yaax Beh, A.C. y otros grupos de la isla, el Ayuntamiento y un grupo de empresarios-hoteleros socialmente responsables que logró la gestión y construcción del sitio de transferencia para su control. Todos estos esfuerzos fueron abandonados por la administración municipal actual, que encabeza José Arnulfo Bacelis Ordaz.
Eso no es el problema mayor, el verdadero problema es que intencionalmente queman la basura todos los días. Este es un grave foco de contaminación que diariamente afecta no solo al ecosistema, sino a los propios habitantes de Isla Holbox, con las emisiones tóxicas de dioxinas y furanos, que nos dañan el sistema nervioso central, el sistema inmunológico, el sistema reproductivo y pueden generar cáncer de piel, boca, esófago, estómago, riñones y pulmón, además de diabetes. Aquí es donde es preciso que nos detengamos a reflexionar.
En el contexto de lo que debe ser realmente el respeto a los ecosistemas que están calificados como “áreas naturales protegidas”, no debemos construir pequeñas ciudades como la que existe en Isla Holbox. Nadie, en su sano juicio, me puede convencer que la forma actual de “turismo” dentro de esta zona, es correcta. Existen comportamientos graves de parte de los habitantes originales de la isla, que generan impactos negativos al ecosistema: practican una pesca y cacería, no precisamente sustentables. Existen explotación forestal y quemas de selva incontroladas. Otro grave comportamiento, es que diariamente realizan “rellenos”, me refiero a que “rellenan” humedales y con esto obtienen un “predio” más, para venderlo y entonces día con día aumenta la mancha urbana.
Este fenómeno incontrolado pone de manifiesto que en esta isla, no existe ningún orden y por supuesto refleja fielmente el caos que predomina dentro del área natural protegida. Su director, José Bernardo Rodríguez de la Gala Méndez, tiene un sueldo de $ 38,266.80 pesos mensuales y tiene la responsabilidad de que en el área natural protegida no se realicen actividades de este tipo. La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y la autoridad municipal, tampoco hacen nada para evitarlo. Este proceso de “crecimiento urbano descontrolado”, nos permite pensar que en unos cuantos años más, podemos tener 5,000 y luego 10,000 habitantes.
El paseo más impresionante que podamos imaginar: “nadar” con el tiburón ballena, verlo de cerca, acompañarlo unos minutos y admirar su gran tamaño y majestuosidad, puede durar de 4 a 5 horas y tiene un costo de $ 900 a $ 1,000 pesos por persona, con derecho a bebidas y ceviches frescos que preparan los propios guías de turistas en sus embarcaciones. Estos guías están capacitados para no crear conflictos con el tiburón ballena en su estancia en esta zona y aplican un código de ética que prohíbe tocarlo.
Los permisos (por cierto gratuitos) para realizar este paseo, los otorgaba el propio director del ANP, pero a partir del 2007, estos permisos los otorga la Dirección General de Vida Silvestre, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en las oficinas de su Delegación en el Estado de Quintana Roo, en la ciudad de Cancún. El problema que existe, de acuerdo con comentarios de los propios prestadores de servicios de Holbox, que se dedican a este tipo de actividades turísticas, es que anteriormente se tenía cierto control en el número de permisos, que en aquellos años eran de 90 a 120 permisos por temporada; luego ascendió de 160 a 250 y actualmente pueden ser hasta 500 permisos por temporada. Esto quiere decir que en un futuro pueden llegar a ser hasta 1,000. El impacto de estas actividades en la vida del tiburón ballena, seguramente afectarán la estancia de estos enormes peces. Igual que pasó con los arrecifes en Cozumel. Yo practico el buceo deportivo (hasta 100 pies de profundidad) desde el año 1981 y mi primera inmersión en Palancar fue en 1983 y disfrutábamos viendo miles de peces de todos colores y tamaños, pulpos, morenas, barracudas, tortugas y grandes meros que nos acompañaban en el recorrido. Hoy casi no se puede encontrar ninguna de estas especies marinas. Porque la sola actividad del buceo impacta de manera negativa a los arrecifes, que son uno de los ecosistemas con mayor diversidad y producción biológica del planeta.
Sabemos que la actividad turística en la zona norte de Quintana Roo, es la tercera fuente de divisas en nuestro país, pero los servicios ambientales de los arrecifes son muy importantes: proveen aguas cristalinas de color turquesa y arenas blancas, además sirven como barreras naturales para proteger la zona costera del oleaje de tormentas y huracanes. Entre el ruido y vibraciones de las propelas de las embarcaciones, más la misma presencia de los buzos y la cantidad de sustancias químicas que nos untamos, cremas bloqueadoras, lociones, aceites bronceadores, hemos hecho que la mayoría de la fauna mayor se aleje del Parque Nacional de Arrecifes de Cozumel. Estos importantes ecosistemas tardaron cientos de años en formarse, pero en solo 30 años, estamos acabando con ellos. Si no regulamos estrictamente las actividades de buceo y paseos en lancha, lo mismo pasará con los arrecifes y con el tiburón ballena en Isla Holbox.
Sobra decir que Isla Holbox tiene un enorme atractivo turístico, no solo nacional sino internacional. En este contexto, quiero referirme a un proyecto que promueven un grupo de empresarios yucatecos, encabezados por Ermilo Castilla Roche, al parecer yerno de Fernando Ponce García, poderoso empresario yucateco, presidente del Grupo Bepensa, que cuenta con empresas inmobiliarias, distribuidoras y arrendadoras de autos y líder distribuidor del famoso refresco negro americano en Yucatán. En el año 2005 llegaron a comprar terrenos a 116 ejidatarios, para ubicar su proyecto La Ensenada. Esta negociación ha sido muy comentada por irregularidades en las operaciones de compra-venta. Sabemos que estos problemas no han sido resueltos. Se dice que este megaproyecto turístico que se ubica en la isla grande, pretende realizar el turismo caro (alta boutique) para extranjeros, con campo de golf, un aeropuerto, condominios, áreas comerciales y hoteles de gran lujo y con acceso directo, a través de una marina privada que recibiría yates lujosos en un muelle que se ubicaría en la playa La Ensenada, una bahía que se extiende 43 km de largo por unos 3 km de ancho, entre Punta Mosquito y Cabo Catoche.
También sabemos que el proyecto original era enorme y parece ser que se tuvo que reducir. La siguiente información, fue tomada del resumen ejecutivo que presentó ante la Semarnat en sus oficinas en la Delegación en el Estado de Quintana Roo, la empresa Península Maya Developments, S.A. de C.V., y que a la letra dice: “consiste en el diseño, preparación del sitio, construcción, operación y mantenimiento de villas, concentrando el desarrollo en clusters, que recibirá turismo basado en la naturaleza de lujo y de medio lujo, este ocupa 980.05 ha en Isla Holbox, aprovechándose una superficie de 93.21 ha (9.51%) y conservará en estado natural 886.84 ha (90.49%). Para el desarrollo del proyecto “La Ensenada” se tienen contemplado la construcción de tres hoteles con 195 habitaciones en 8.65 ha, bienes raíces con 872 unidades residenciales, que van desde lotes residenciales hasta villas y condominios en 114.57 ha, tendrá plazas, oficinas, y aproximadamente 3,000 m2 de áreas comerciales al menudeo, así como la sede del centro de interpretación, en 1.44 ha. El principal acceso a la propiedad es desde el puerto de Chiquilá, ubicado a una distancia de 14 km, hacia el sur de Holbox Isla Chica. Todo el equipo de construcción, los materiales, los empleados y la mayoría de los huéspedes y suministros serán transportados por agua. Se construirá un puerto interior, además de un área de almacenamiento, para dar el espacio necesario a estas actividades. El puerto se conectará a la laguna por medio de un canales en 34.72 ha, además de caminos y servicios con 23.86 ha, que se ubicaran sobre una superficie de 183.24 ha, de las cuales se estima que la superficie de aprovechamiento será de 93.21 ha (9.51 %) quedando 90.03 ha como superficie de conservación, que se sumarán a las 796.81 ha destinadas a áreas de conservación (81.30 % del total del predio).” Donde se practicarán turismo ecológico, residencial y de negocios. Habrá seis lotes de preservación, para personas selectas, y que deseen ayudar a preservar el área de Holbox, a través de la adquisición de grandes lotes de 6 a 17 hectáreas, que estarán limitados a una sola casa familiar y una casa de huéspedes.
La preocupación de la mayoría de los habitantes de isla Holbox, de grupos y asociaciones de ambientalistas de la región y de los propios prestadores de servicios es que con este proyecto, en unos cuantos años, la isla se convierta en un caos mayor, que a fin de cuentas “consuma” y “agote” todo su valor, no solo ambiental, sino turístico y económico. Creo que su preocupación y oposición al megaproyecto La Ensenada es válida. Y como sabemos, cuando algo está mal, todo indica que seguirá mal o peor. Nadie nos puede negar que este nuevo proyecto con una gran inversión, promoverá más turismo nacional e internacional a isla Holbox, pero también traerá más presión sobre el frágil ecosistema costero. Disponibilidad de agua potable, energía, generación de residuos sólidos urbanos, de aguas residuales, ruido, etc. Sobre todo porque sabemos que la ausencia del programa de manejo, de hecho es el que pudiera permitir la realización de este megaproyecto. Refiero textualmente lo que dice en su resumen ejecutivo: “En el sitio donde se desarrollara el presente proyecto “La Ensenada”, no existe un programa de ordenamiento ecológico local que regule a Holbox, asimismo no se identificaron unidades de gestión ambiental (UGA’s).” Es una desgracia, que hoy por la falta del plan de manejo de la isla, proyectos como este puedan ser legalmente autorizados. Y esta es la misma razón, por la que hoy ya están establecidos todos los restauranteros y hoteleros en la isla, situación que no existiría si se hubiera contado con un plan de manejo desde que se decretó como área natural protegida en 1994.
Cancún y la Riviera Maya son el mejor ejemplo, en donde podemos ver, cómo los poderosos y enormes intereses económicos de los grandes grupos hoteleros nacionales y extranjeros, han rebasado todas las reglas ambientales del desarrollo urbano costero. De hecho los requisitos para conservar nuestro manglar y los criterios de densidad de construcción en estas zonas costeras, a través de sus programas de ordenamiento ecológico territorial, en la práctica se modifican para satisfacer las demandas de los inversionistas. Originalmente, no se permitían habitaciones en la UGA’s ni al costado oeste de la carretara Cancun-Tulúm. Hoy vemos la realidad, se pueden construir habitaciones en dondequiera: incluyendo áreas naturales protegidas como Isla Holbox. No debemos seguir depredando nuestros ecosistemas costeros, sin reglas claras y estrictas sobre el desarrollo turístico, a través de un aprovechamiento racional, medido y ordenado, en aras de obtener ganancias inmediatas y la generación de divisas; no nos engañemos, si no cambiamos nuestra actitud, finalmente acabaremos con todo este paraíso.
7 Comments
Esto es inadmisible. Estoy harta de ver lugares naturales sobre-explotados y/o dejados de la mano de Dios (quiero decir de las autoridades competentes) . Creo que hay que denunciarlo con contundencia. Me sumo a la ello.
Saludos
He visitado la isla de Holbox desde hace mas de 20 años, año con año aprovecho Julio y/o Diciembre para visitar este paraíso terrenal, como Sociólogo me he involucrado en la población y conocido a la gente del lugar, por cierto muy amable y hospitalaria, pero desgraciadamente esto ha sido aprovechando pro gente de otros lugares que abusando de la confianza de los lugareños, los han “embaucado” para adquirir propiedades en la Isla, lo que ha incrementado los negocios de gente externa a la Isla y sin ningún sentido de solidaridad para la misma, ni menos con un sentido de conservación y respeto a su ecología, tenemos asì que de hace unos años a la actualidad los restaurantes, los comercios y ahora hasta una plaza con cine (construida totalmente de madera y sin ningún extinguidor a la vista -hasta el años pasado lo vi asì-) esto hace del centro de Holbox, no ese remanso de quietud y descanso, sino un “pequeño Cancùn” con todos los peligros que representa para el entorno y sin ningún control sanitario de la basura y los desechos de los hoteles.
A este hecho agregamos que efectivamente hay un mega-proyecto de convertir la zona de “punta mosquito” y “cabo catoche” (zona norte de la isla de Holbox) en un MEGACANCUN, esto, lo sabemos todos, con el único fin de lucro y negocio para hacer mas ricos a los ricos de la región (Yucatàn, Campeche y Quintana Roo y algunos del centro) sin ningún control del impacto ecológico que puedan causar y el daño a la flora y la fauna del lugar, no se diga sobre la misma población la cual pasará a ser una pieza más de ese “engranaje” turístico con empleos de bajo sueldo y a veces hasta excluirlos del mismo progreso de su región.
Esto aunado con la corrupción de autoridades federales, estatales y municipales que emiten permisos de toda clase para “acrecentar sus arcas” personales, sin importar que están matando a la “gallina de los huevos de oro” de la región, sembrará un impacto catastrófico para la isla.
Si los “Holboxianos” y los que amamos esa isla no “nos ponemos las pilas” y este proyecto triunfa, el porvenir inminente de la regiòn sera catastrófico con impacto en todos los ámbitos de la vida de la Isla más hermosa de Mèxico y tal vez del mundo, mejor que la de San Fernando (la Isla bonita de Madona) se aceptan propuestas de resistencia y lucha por la Isla de Holbox.
Hola Ing., espero te encuentres bien. Hoy me dejaste a través de mi cuenta de Twitter, tu Blog, me parecen muy interesantes tus comentarios acerca de la Isla Holbox, y coincido contigo. Actualmente radico en Cozumel, en lo que pueda ayudarte estoy a tus ordenes. Voy a copiar tu Blog a otros amigos ambientalistas y Biólogos, seguramente Ellos te contactaran directamente. Seguimos en contacto. Hasta pronto. Muchas Gracias.
[…] Fuente: El Universal imagen: Carlos Álvarez […]
Hola
Hoy me encontré este blog, me encanta su comentario sobre la isla, soy Holboxeño y soy parte de los que estamos luchando por que la isla se mantenga como está, quisiera poder tener algún email para contactarlo.
COMO MUCHOS LUGARES EN MÉXICO REQUIEREN DEL DESARROLLO SUSTENTABLE Y SOLAMENTE LAS AUTORIDADES SON LAS CAPACITADAS Y AUTORIZADAS A LLEVAR A CABO UNA EXPLOTACIÓN RACIONAL DE LOS RECURSOS NATURALES . ESTA ISLA NO ES LA MAS QUE UNA REALIDAD DE QUE PUEDE EXISTIR EN UN MOMENTO UNA SOBREEXPLOTACIÓN QUE PONE EN RIESGO LA BIODIVERSIAD
como biólogo creo que se estan cometiendo graves decisiones erróneas (de tipo ambientalista) aunque para ser mas cierto es mi preocupación mas grande las formas que dañan a nuestra sociedad ya que nos hace ver deshumanizados hacia las personas que han vivido aqui por mucho tiempo, ojalá y se recapacite y no caigamos en esos crímenes de laesa humanidad.